En nuestro contexto y espacio de iglesia siempre se habla de Jesús, de su amor y de sus acciones, que hablan por sí solas. Su lenguaje es abrazar y no juzgar, levantar y acompañar, amar y entregarse. Si hacemos todo esto que nos enseñó Jesús, de seguro nuestro país sería diferente, no importa la religión, si crees o no, tan solo es seguir estas acciones y todo cambiará en nuestra realidad.
Me impresiona como las personas muestran una cara de ‘santidad o ‘estampitas’ -como lo dijo el Papa Francisco-, feligreses que hablan todo el tiempo de Jesús, incluso se aprenden una cita bíblica y la repiten en cada momento, la enseñan a sus conocidos y a los que no, mostrando a un Jesús que tal vez no conocen realmente.
Al momento de actuar estas personas, en lo cotidiano de la vida, se transforman, criticando al otro, por su forma de caminar, vestir o hablar. Si es un mendigo le muestran una cara desagradable, o le pueden lanzar esta frase, ‘trabaje, para que se gane las cosas’. No son capaces de entender la realidad. En ese momento me atrevo a decir que tienen a un Jesús superficial, del que hablan mucho pero que no llevan en su interior. Predican de la acciones de Él, pero no son capaces de hacer lo mismo, son insensibles con el otro, Jesús se acercaba a todos los que necesitaban de su ayuda.
Él no es superficial, en ningún momento hemos visto a un Jesús que hable de amar y después odie. Sus palabras no eran solo un discurso, sus palabras se hacen acciones. San Juan Eudes nos propone ser ‘otro Jesús, en la tierra’, que sus acciones las hagamos parte de nuestra vida, de nuestro día a día. Para hacer una buena acción no debemos ir al otro lado del mundo, todo empieza desde casa, en la realidad que cada uno vive.
Jesús se acercaba a la prostituta, a los leprosos, al rechazado y al pecador. ¿Qué hacemos nosotros hoy en día? Ser buenos expectantes, diciendo que hacer y no hacer. Por ello, nuevamente resaltó que se tiene a un Jesús superficial, que está en buenos discursos y que muchas veces se queda ahí, ¿Y las acciones, por el otro? ¿Dónde quedan?
Es claro que Jesús nos enseña por medio de sus acciones. Desea que los demás repliquen su mensaje y actuar. Desea que tú estés lleno de buenas intenciones, sobre todo que lo hagas con amor y no tan solo para que te vean los demás. Deja que Jesús viva en tu vida, en tu corazón, de esta manera tendrás a un Jesús vivo que camina contigo.