Muchas veces estar en casa, con problemas o ciertas dificultades causa pereza, y tal vez un poco más a los jóvenes quienes piensan que todo es fácil, que la vida se basa en estar con los amigos y de salir de paseo, claro, esto es un muy buen plan, pero hay ciertas responsabilidades a las cuales debemos estar atentos, cómo el estudio, trabajos, oficios en la casa.
Ahora bien, tener problemas también causa decepción, tristeza y hasta pereza, porque las soluciones en las que pensamos tal vez no se dan de la mejor manera o no se trabaja de la mejor manera, por ello, caemos en este estado de tener pereza.
Diría que estar o sentirse con desánimo es común. Me atrevo a decir que a nadie le gustan los problemas y menos en casa, deberíamos pensar en buenas soluciones y estrategias para no estar en ese ambiente tenso.
Si hay problemas, una de las soluciones es dejar que que se enfríen nuestras cabezas y después acudir al diálogo, dos que los problemas de trabajo, colegio, universidad, etc, no entren a nuestra casa, no dejemos que se dañe nuestra paz por otras consecuencias, tercero procuremos estar sonriendo para que todos se sientan en paz.
Finalmente y como punto importante, pidámosle a Jesús que llegue a nuestra casa de amor y paz, que las relaciones con los que vivimos sean las mejores, que todo problema que se presente lo podamos solucionar para convivir en armonía.