La espera para muchos es un sacrificio, porque están a la deriva en si aquello llega o no. A la vez, hay que diferenciar los tipos de espera, puedes quedar en una cita con una persona, ya sea para trabajos, negocios, salir algún sitio, etc, no tiene el mismo valor, que esperar una respuesta de un trabajo al que tanto has deseado, o de aquella universidad.
Estar en suspenso meditando o analizando la situación puede llegar a ser desesperante. Hay casos más complicados como el estar a la espera en que un familiar salga de una cirugía, momentos en los que no sabemos cómo reaccionar para tener el control de las cosas. Al ser situaciones complejas es difícil tener la serenidad de sentarnos a esperar.
Los discípulos tuvieron que pasar por una espera, por un suspenso en el que se enfrentaban a diferentes sentimientos, incluso algunos dudaban y tenían miedo, se sentían solos, pensando en que Jesús los había dejado. y más por su muerte de cruz, esto hacia que su espera sea más difícil de asimilar.
Si estás pasando por un momento de espera, puedes sentirte relacionado con alguno de estos discípulos, esperando en suspenso y con miedo. Sé que no es fácil, pero me atrevo afirmar que toda espera que haga parte o tenga que ver con Jesús vale la pena. Aquellos que estaban con temores y en medio de aquella marea volvieron a a ver y a sentir a Jesús vivo, frente a frente, por ello, vale la pena entregarse y abandonarse en aquel que da la vida por ti.
Vale la pena entregar toda tu vida Jesús, felicidad, familia, proyectos, dificultades, problemas enfermedades, lo que sea. Trata de mantenerte en pie mientras esperas, pídele a Él que te dé la calma para ser paciente, dile que te de las fuerzas necesarias para no dejarte invadir por el miedo, después serás testigo de ver que si vale la pena esperar, podrás ver que Jesús es fiel y que nunca te va abandonar y te acompañará en cada paso.
