Quiero hacer una defensa oficial «del Patas» (si amigos, tal como lo leyeron: «del Patas»)

Todo comenzó porque como ahora dizque escuchar la música de Queen y la de similares es diabólico (jajajajajaja) y qué decir sobre cuanta tontería de la cultura popular hay, donde nos privan ver al «Patas» por todo lado y echarle la culpa de todo.

¿Quieren saber lo que en verdad es diabólico?: la indiferencia, el juzgar al otro, el querer pasar por políticamente correcto, en un mundo que clama a gritos por alguien que “denuncie” y que diga las cosas como son, sin tanta diplomacia y lenguaje inclusivo barato (por cierto muchos católicos y cristianos ya estamos cayendo en esa pendejada también).

Sí, mis amigos, les tengo noticias: El patas no está preocupado por cual es la música que usted escucha, si se fue a ver “La Monja” o alguna película de terror de esas de la actualidad, o si se puso un disfraz de “La Casa de Papel” y salió a pedir unos dulces con los chinos…

El patas esta ocupado en que usted pelee con el otro, en dividirnos que porque el uno cree en el dios Uribe y el otro en el dios Petro (ambos dioses iguales de chimbos), también está ocupado en hacernos creer que somos el ombligo del universo, que mi verdad es la que vale, y que lo no se haga como a mí me da la gana, no sirve, o esta mal, y todo porque tengo unos pesos de más o me considero más inteligente que el promedio.

Es más, me permito cambiar mi afirmación anterior diciendo que ya no estoy tan seguro que «el patas» esté preocupado por usted como individuo, (en serio, no nos creamos tanto), de verdad creen que ese tipejo no tiene nada mejor que hacer que estarlo buscando a usted «pa’ joderle la vida». Si quiere no me crea a mí, pero vea, hay un predicador Católico que se convirtió del protestantismo llamado Fernando Casanova, quien plantea que la humanidad tiene 3 enemigos a saber: el primero es uno mismo, el segundo es el mundo y el tercero (sí, mis amigos, apenas el tercero) es «el patas».

Dicho lo anterior, «el patas» esta más ocupado con los gobiernos – y no sólo con Trump y Maduro – con los grandes medios de comunicación, con las grandes empresas que aprovechan su poder y vacíos legales del Estado para abusar de sus empleados; está ocupado con la corrupción y con hacer de este mundo un lugar más desigual e infeliz.

En cuanto a las cosas pequeñas: sus malos genios, sus frustraciones, incapacidades, incoherencias y mediocridades, (eso que los millenials llaman: “sus rayes”), esas cosas que usted puede cambiar, pero no se le ha dado la gana de hacerlo, en efecto tienen un culpable, pero no es el personaje en cuestión o “el enemigo” como lo llaman en ciertos círculos. El culpable es ese/esa que usted mira en el espejo todos los días.

Dejemos de pensar que cuanta tontería hay es diabólica y hagámonos responsables de nuestras acciones y de vez en cuando dejemos al «patas» quietico, vea que él sí está ocupado.

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