Palabras de una persona de la calle.

   Me atrevo a escribir unas cuantas líneas con el permiso de Tyson, así lo llaman muchos de sus amigos, y a la vez se parece mucho al famoso boxeador que tal vez muchos conocen. Él empieza a contar un poco de su historia, de lo que fue e hizo y del mundo en el que ahora está.

        Cuenta que era un docente de una buena universidad de Colombia, pero por algunas decisiones no tan buenas que le han jugado una mala pasada, tocó fondo con las drogas, tan solo por dar una probadita. Al ir contando su historia, su mirada es honda y vacía, como si la vida ya no le diera más esperanzas. Sus ojos se nublan de lágrimas pero continúa con su relato, desea que los jóvenes que están a su lado escuchen algunas de sus palabras para ver si puede salvar unas cuantas vidas de aquel mundo oscuro.  

         Pide con su voz gruesa y ronca, que por ningún motivo sean curiosos en esas cosas, puesto que a él le costó caro y cada día tiene que estar en la supervivencia de encontrar algo de comida, rogar a Dios que no llueva para que pueda dormir debajo de un puente y que su colchón con mal olor y viejo no se moje. Sus desayunos son chamber, que es preparado con alcohol etílico y frutiño, incluso suelen ser las tres comidas del día. 

         Tyson afirma que eso no es vida, que supuestamente ayuda a despejar la mente y a olvidar los problemas, es falso y momentáneo, la realidad no la puedes sacar de tu vida, lo único que debes hacer es buscar ayuda y luchar para salir adelante. “Si hubiese pensado mejor las cosas, no habría perdido a mi familia” son palabras de Tyson.

        Muchachos, no dejen que estas palabras y más lo que ven en cada uno de los que somos de la calle, se queden en el olvido, piensen en si desean estar mendigando una migaja de pan, piensen en si desean ser despreciados por todas las personas que pasan por el lado, eso es lo más difícil, que la gente huya por miedo a que le hagan algo o simplemente por nuestro olor.

        Mi curiosidad me llevó a esta vida que odio y detesto, estaba en la cima, lo tenía todo, el trabajo que deseaba en investigación y ahora eso me fue arrebatado de mis manos, todo por mi culpa, no se dejen engañar por nada ni nadie, esto no es cantaleta o regaño, es real, no los invito a que vivan un día de lo que nosotros vivimos a diario porque es muy peligroso, también estamos expuestos a morir en cualquier momento, ya sea porque un automóvil nos atropelle o por una pelea en la que todo sale mal, una sobredosis o cualquier enfermedad, pues somos invisibles, muchos no tenemos papeles, otros han olvidado sus números de identificación y para el sistema solo somos una plaga.

        Hoy cuento lo que vivo, porque no deseo que más personas estén en esté mundo oscuro y gris, les deseo lo mejor, que puedan seguir con sus sueños y carreras. Les agradezco el gesto de regalarnos un desayuno de verdad, de sentir un chocolate caliente, sobre todo por saber escucharnos, les repito que toda la gente nos huye y rechaza, no soy quien para juzgarlos, pero nuestro estado es real, deplorable y triste.  Estas son mi palabras.       

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