Sin duda, la gran mayoría hemos cometido errores, acciones no tan buenas, hemos ofendido al otro, con nuestros actos, y en medio de todo esto, nos han juzgado, incluso también hemos caído en el papel de juzgar al otro, diría que a muchos les gusta ese personaje. Pero el único que podría tener aquel papel de juzgar, no lo hace, no le interesa, Él ve más allá, no se queda en los errores, cree en tí aunque has pecado.
Si nos enfocamos en varios pasajes del Nuevo Testamento, encontramos que Jesús se acerca a los pecadores, le interesan porque también son valiosos y amados por Él. Jesús se acerca a prostitutas, a los que no podían tocarse, e incluso visita a los pecadores, como es el caso se Zaqueo. Hoy podemos ser aquel pecador en el que Jesús tiene puestos sus ojos, no para juzgar sino para amarte y guiarte por un mejor camino.