Causa de mi alegría, de mi final, certeza;
Dame también con ella tu paz y tu ternura
Que sea para mí la delicia segura
Y goce de tu amor y santa sutileza.
Haz pronto, pues tú eres la reina de los Cielos,
Que sea mi vida triste la copia de tu vida,
Que sanes por tu hijo mi alma tan herida
Y colmes de esperanza mi ansia y mis anhelos.
Mi ser se funda en Cristo, parejo con tu alma
Y en mis días de lucha, tristeza y tentaciones
Encuentre madrecita las ciertas soluciones
Y en Jesús y en tu seno halle mi ansiada calma.
Que en mi largo camino pueda hacer en su nombre
Elogio de tus dones con santa emulación,
De tu gloria esplendente, tu entera comunión
Con el hijo divino, con el hijo del hombre.
Si Cristo no se humilla por llamarnos hermanos
A los que por su sangre tuvimos salvación,
Madre Santa María, dame tu bendición,
Para posar de Dios en sus benditas manos.
Casi una niña
Rafael Ángel Marañón