LÍDERES PROACTIVOS

Dentro de la pedagogía de Jesús para formar apóstoles con características de liderazgo, está ponerlos frente a problemas para evaluar cómo los enfrentan y los solucionan, de manera que en Jn 6,1-15 leemos un problema y dos estilos de solución, la de Felipe y la de Andrés. 
La proactividad es el valor que puede desarrollar cualquier ser humano para tomar la iniciativa de hacer lo que debe hacer y aún más. El líder proactivo hace que las cosas pasen, propone acciones y busca soluciones a los problemas.

Veremos dos maneras de enfrentar el problema de no tener pan, la reactiva y la proactiva.

1. Características del liderazgo reactivo

Jesús, el Maestro, le plantea un problema (la multitud no tiene pan) a Felipe. Es evidente la intención de Jesús de evaluar la capacidad de Felipe de solucionar problemas (v.6).

Felipe es un personaje reactivo, porque no ve solución al problema, aún la posibilidad de resolver la situación problemática, la ve muy pequeña y la anula, pues considera que con el sueldo mínimo de un año no alcanza para dar de comer a más de 5.000 personas.

Las personas con hábitos reactivos se comportan de la siguiente manera:

* Centran sus esfuerzos en el círculo de preocupación: focalizan su energía en atacar los defectos de otras personas, en los problemas del medio y en las circunstancias que no pueden cambiar y no tienen control sobre ellas.

* Hacen que el círculo de influencia se encoja, pues desatienden lo que deben hacer y se estresan con lo que no pueden cambiar.

* Desarrollan sentimientos de culpa y acusaciones donde se genera un sentimiento de impotencia.

* Se sienten condenados a realizar todo con mediocridad, pues trabajan por lo que se les paga.

* Mendigan autocompasión, lástima, ascensos, comprensión, perdón y se estancan en el pasado “glorioso”.

* Acostumbran no proponer porque es tiempo perdido, así que viven para pagar las deudas y no para alcanzar metas pues “más vale malo conocido que bueno por conocer”.

* No desarrollan disciplina y esperan que todo les llegue…

2. Características del líder proactivo

Andrés interviene como líder proactivo, porque propone una solución aunque parezca pequeña.

Las características de Andrés son:

* Promueve personas, como a Simón Pedro cuando lo presenta a Jesús (Jn 1,40) y al muchacho que es quien tiene los 5 panes y los dos peces.

* Presenta soluciones aunque parezcan pequeñas, porque son 5 panes + 2 peces = 7 (plenitud) para dar de comer a 5.000 hombres.

* Obedece al Maestro organizando (con los otros discípulos) a la multitud para que se sienten por grupos.

* Se deja sorprender por el Maestro, porque escucha la bendición de Jesús y empieza a repartir panes y peces hasta que la gente quede saciada y se recojan 12 canastas de trozos sobrantes de pan.

La personas con hábitos proactivos se comportan de la siguiente manera:

* Centran sus esfuerzos en el círculo de influencia: focalizan su energía en desarrollar lo que pueden hacer de la mejor manera, así que se aumenta el círculo de influencia.

* Tienen las metas claras y los procesos por donde deben seguir para obtener los resultados deseados.

* Trabajan por más que la paga. Porque observan que existen valores agregados que son mucho más valiosos que el dinero.

* Tienen claro que la causa y el efecto, medios y fines, semilla y fruto, no pueden estar separados. * El efecto es la causa, el fin preexiste en los medios y el fruto está siempre en la semilla.

* Se anticipan al cambio y asumen con cierta facilidad las transiciones, pues su mirada está puesta en la meta y el esfuerzo es el precio del éxito. * Hacen que las cosas sucedan y se vuelven dueños de la historia.

* Tienen disciplina en el ejercicio de los valores para que se conviertan en virtudes.

Podemos concluir que:

* Existen líderes reactivos que frenan procesos y arrastran a las personas pesimistas y negativas.

* Necesitamos líderes proactivos que ayuden a crecer y promover.

* Es mejor enfrentar los problemas de manera proactiva, porque los logros y las satisfacciones son muchísimo mejores.

* Se pueden ver otros elementos en el libro de Manuel Tenjo que se llama “Sanar y levantar la vida”, pág. 87

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