LECTIO DIVINA- Sábado- María es modelo perfecto de la formación de Jesús en nosotros

Sábado – Inmaculado Corazón de María

María es modelo perfecto de la formación de Jesús en nosotros

Lucas 2, 42-51

“María meditaba todas estas cosas y las atesoraba en su Corazón”

Ayer celebramos el Corazón del Hijo, hoy celebramos el Corazón de la Madre.

Al amor de Dios solo le podemos responder con nuestro amor y amándonos como Él nos amó. Como modelo perfecto de esta respuesta el evangelio nos presenta a María de Nazareth. La imagen viva de la respuesta se sintetiza en el “Corazón de María”.

Hemos repetido una y otra vez la palabra “Corazón”. Cuando decimos “corazón”, refiriéndonos a una persona, no estamos pensando solamente en los sentimientos sino en la interioridad profunda de la persona. El “corazón” es el lugar profundo en el que la persona toma conciencia de sí misma, reflexiona sobre los acontecimientos, medita obre el sentido de la realidad y asume comportamientos responsables ante los hechos de la vida y ante el misterio de Dios.

La acción divina de la salvación sólo es realmente eficaz cuando pasa, en el sentido que acabamos de enunciar, por “nuestros corazones”, que habitados por el Espíritu –que es el Corazón de Cristo- se convierten entonces en corazones nuevos, animados por el amor filial a Dios.

Pues bien, esto es lo que sucede en María. Ella es imagen del “corazón nuevo” lleno del Espíritu Santo, que acoge la Palabra y le responde fielmente a la voluntad de Dios: “Conservaba el recuerdo de todo aquello, meditándolo en su corazón” (Lucas 2,19).

Bajo esta luz comprendemos lo importante que es conocer lo íntimo del corazón de María. Es verdad que durante nueve meses el corazón del pequeño Jesús latió en perfecta simbiosis con el su madre. Pero es la comunicación espiritual de estos dos “corazones” lo que nos fascina.

Por eso María es modelo perfecto de la formación de Jesús en nosotros.

Pidámosle a María “que como ella formó a Jesús en su Corazón, antes de formarlo en sus entrañas, lo forme también en nosotros y nos lleve en su Corazón como a sus hijos muy amados, con su primogénito Jesús, nuestro hermano” (P.Jacques Arragain).

Meditemos con esta pequeña lección de San Juan Eudes sobre el Corazón de María:

“El Corazón de Maria es todo amor por Dios. Es todo amor por nosotros. Ella nos ama con el mismo amor con que ama a su hijo Jesús: ella nos mira y ama de alguna manera como a su hijo, como sus propios hijos, porque nuestro Salvador en la Cruz nos dio a su madre en calidad de hijos, diciéndonos a cada uno lo que dijo a su discípulo muy amado: ‘He aquí a tu Madre’.

Por eso en todos tus asuntos, necesidades, perplejidades y afecciones, recurre al corazón de nuestra caritativa madre. Es un corazón que vela siempre por nosotros y sobre las más pequeñas cosas que tienen que ver con nosotros”

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