Este año sin duda fue muy extraño, algo que nunca imaginamos vivir, un año en el que los planes que habíamos pensado, se estancaron, un año, triste para muchos, un año en el que perdimos a personas que amamos, un año en el que encontramos nuevos caminos, unos perdieron, otros ganaron, un año difícil de entender, y hasta de comprender, pero a pesar de todo esto han sucedido muchas cosas, buenas y no tan buenas.
Te preguntaría, qué tantas cosas planeaste y lograste realizar, tal vez una de esas tantas, o todo quedó en veremos… Por las charlas que he tenido por medio de llamadas, chats, videollamadas, a muchos les cambió la vida, no esperaban detener sus viajes programados, sus proyectos, a otros les tocó cerrar sus negocios y lo más fuerte, despedir un familiar sin poder hacerlo cómo se lo hacía antes.
Los saludos, eran extraños, los besos y abrazos hacían parte de nosotros y el detenerse o frenar en seco se sentía raro, pero es algo que nos tocó aceptar en nuestro día a día. Y qué del encierro, para muchos es complejo el estar en cuatro paredes, solo o acompañado, para otros fue un nuevo empezar, un conocerse así mismos, el redescubrir aquellas cosas que nunca pensamos, hacer esas tareas que posponemos para después, incluso muchos pudieron descansar, hay ciertas cosas que esta pandemia nos ayudó a encontrar, incluso tener tiempo de sobra para poder disfrutar de nuestra familia, de ser más cuidadoso y de valorar la vida.
Hoy al despedir el año, ya hay un poco más de libertad en cuanto a salir, y realizar actividades, pero aún debemos seguir cuidando a los demás y por supuesto a nosotros mismos, eso es primordial en nuestra vida.
Hoy termina este año de sinsabores, pero la pregunta es qué va a pasar el otro año, escribo aquellas tareas que voy a realizar, o esos sueños que tengo en mente? Te diría que no pierdas esa tradición, que hagas esa lista de cambios en tu vida, de tus sueños, de las cosas a mejorar, de pasear con la maleta, eso si por tu casa, por la cocina, cada cuarto, si estas con un familiar, haz que sea un año que nunca se olvide, no por la pandemia, sino porque lo aprovecharon para disfrutar y sonreír, porque a pesar de estar en esta situación se vale soñar y confiar en que Dios está con nosotros y nos bendice día a día, que nunca nos abandona y que siempre va a nacer en nuestros corazones y su presencia está en cada latido de nuestro corazón para conquistar todo lo bueno que nos proponemos.
Desde la distancia les deseamos un feliz año nuevo y en Jesús les damos un fuerte abrazo…