Un verdadero cristiano además de realizar sus ejercicios piedad y sus oraciones diarias, es necesario agradarle por su único y verdadero amor.
Por esta razón San Juan Eudes, nos aconseja como realizar este último ejercicio, de encuentro con Jesús.
“Jesús, amor eterno, desde toda la eternidad te aman tu Padre y tu Espíritu Santo. De ello me regocijo infinitamente. A ese amor me asocio. Me pierdo y me hundo en ese amor eterno de tu Padre y de tu Espíritu Santo”.
Ejercicios como este, nos ayudan a recordar que Jesús es el único amor de nuestros corazones, complementando nuestra labor como cristianos. Son ejercicios que se pueden utilizar en cualquier momento, ya sea en el retiro espiritual o en el espacio que le dediquen al Señor, sin esperar nada a cambio, solamente recordando ese amor que nos regalo, en sus años de vida y el amor que nos sigue enviando desde la diestra de Dios padre. Hoy te invitamos a tener un encuentro intimo con Jesús, para que pronto nos ayude a salir de esta situación.