Orar carismáticamente tiene diversos matices por la acción del Espíritu Santo

La gran oración de la Renovación Carismática es agradecer, hay dos clases de oración en la Iglesia, la primera que se da cuando pensamos en Dios, en lo que Él es, en lo que Él hace, entonces quedamos maravillados, asombrados por las obras de Dios, por la naturaleza de Dios, el Papa Francisco nos ha dicho en variadas ocasiones: “Déjense asombrar por el Espíritu Santo”, que sea Él, él que abra nuestros ojos, él que conmueva nuestros corazones, él que nos hace proclamar las maravillas de Dios, esa es la oración que hemos aprendido en la Renovación Carismática, la oración de alabanza, por supuesto que tiene su fuente en la Biblia, es fundamental en la vida cristiana, alabar a Dios.

Por qué alabar a Dios? Primero por lo que Él es, por sus cualidades y atributos divinos, pero lo alabamos sobre todo por lo que Él hace, lo alabamos por la creación, lo alabamos porque nos amó tanto que envió a su Hijo Único para que muriese por nosotros, lo alabamos por la Pascua de Jesucristo, lo alabamos porque nos regaló a Jesús que nos salvó, al morir por nuestros pecados, lo alabamos en la Pascua, lo alabamos en Pentecostés, lo alabamos en Navidad, esta alabanza, somos un pueblo de alabanza, en la eucaristía celebramos un sacrificio de alabanza.

Dentro de la oración de alabanza, pensamos en lo que necesitamos, por eso le pedimos, pedimos perdón por nuestras faltas, que derrame su Espíritu Santo en la Iglesia, le pedimos que nos de la salud, la Iglesia le vive pidiendo al Señor en cada sacramento, en el Bautismo le pedimos que nos inserte en la Iglesia, que nos perdone el pecado, en la Confirmación le pedimos el gran regalo de su Espíritu que nos haga sus testigos en Jesucristo, en la Eucaristía le pedimos al Señor, que ese pan y ese vino, se conviertan en el cuerpo y la sangre de Jesús, le pedimos en la Reconciliación que nos perdone los pecados, en la Unción de los enfermos, que fortalezca a los más débiles, en el sacramento del Orden, pedimos por aquellos que reciben el poder de representar a Jesucristo en las celebraciones, en los sacramentos y en la oración de la Iglesia, en el Matrimonio, que una, que llene de amor, que vivan un Pentecostés conyugal de esa pareja, del hombre y de la mujer, que quieren formar una familia.

En la Eucaristía pedimos en cada oración, primero en la colecta, es para pedir y luego las alabanzas, pedimos perdón salud protección, cuando pedimos por los demás intercedemos, en la alabanza encontramos muchas clases de oración, en ella debemos expresar nuestro amor hacia Dios, normalmente nos cuesta, cantando es mucho más fácil, pero en nuestra oración debemos decirle que lo amamos, que queremos conocerle, que cada día queremos ser más amigos de Él, o reconocerle a él como Dios, diciéndole que lo adoramos, pero en la alabanza, la mayor expresión es la que realizamos cuando glorificamos a Dios, como nos lo enseña San Pablo.

Agradecer es darse cuenta de las bendiciones de Dios, reconociendo que no merecemos nada, que somos pecadores, pero que Él ha querido hacer maravillas en nosotros, por eso siempre en la eucaristía decimos “Es justo y necesario darte gracias”, en definitiva en la oración encontramos las distintas formas de relacionarnos y dar respuesta a las acciones de amor de Dios sobre nosotros.

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