LA MISIÓN ES UN CAMINO PARA TODOS LOS CREYENTES

Todos los que creen en Dios, en especial los cristianos están invitados a ejemplo de Jesús, a vivir en camino de misión permanente, en los distintos ámbitos en que se desenvuelven, la Iglesia ha considerado el mes de Octubre como el mes de las Misiones, e inicia este mes con la celebración de la memoria de Santa Teresita del Niño Jesús, Patrona de las Misiones.

Santa Teresa de Lisieux nació en Alencon (Francia), el 2 de enero de 1873. Siendo aún muy joven, ingresó en el monasterio de carmelitas de Lisieux, ejercitándose sobre todo en la humildad, la sencillez evangélica y la confianza en Dios, virtudes que se esforzó en inculcar, de palabra y de obra, en las novicias. Murió el día 30 de septiembre de 1897, ofreciendo su vida por la salvación de las almas y por el incremento de la Iglesia.

El Papa Pío XI la canonizó en 1925, luego la proclamó Patrona Universal de las Misiones, la llamó “la estrella de mi pontificado”, y la definió como “un huracán de gloria” el movimiento universal de afecto y devoción por Jesús que acompañó a esta joven carmelita. Fue proclamada Doctora de la Iglesia por Juan Pablo II, el 19 de octubre de 1997, en el marco del día mundial de las Misiones.

La frase que caracterizó a Santa Teresita del Niño Jesús fue: «Quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra», su testimonio y legado de amor para la Iglesia se conoció a lo largo del tiempo, un año después de su muerte, a partir de la recopilación de sus escritos, se publica el libro “Historia de un alma”, en este, logra poner en conocimiento del mundo, lo mucho que esta joven santa había amado a Jesús. Su itinerario espiritual manifiesta tal madurez, y las intuiciones de fe expresadas en sus escritos, son tan vastas y profundas, que merece un lugar entre los grandes maestros espirituales, debido a esto la nombran Doctora.

Desde su experiencia de vida, esta santa, va a iluminar a la Iglesia, con la idea, que la misión no solo está en ir a lugares particulares a evangelizar, sino que puede realizarse, en cualquier espacio, donde las personas necesitan tener un encuentro profundo y personal con Jesús, para amarlo, y desde ese mismo amor, salir de sí, para llevar la buena nueva, donde se necesite.

Es importante entonces partir de este encuentro personal, para descubrir la misión que cada ser humano tiene, primero en lo personal, en su existencia, pero además en su relación con la sociedad, y en el ámbito de la Iglesia, es fundamental clarificar, cuál es el camino a través del cual, se anunciará el evangelio y la persona de Jesús, esta misión la tienen todos los creyentes.

Hacer misión tiene toda una pedagogía, será necesario esforzarse para descubrir, cuál es la que cada uno tiene que asumir, siguiendo el ejemplo de Jesús, y en particular, el testimonio de Santa Teresita del Niño Jesús, quien lo amó profundamente, y desde allí pudo ser testigo, para hacer misión desde su vocación y estado de vida, y enseñarnos que la misión más profunda es amarlo, para dejarse seducir y salir de sí misma, para ir en servicio de las demás personas, lo vital de la misión, es hacerla con el corazón, pero además descubrir donde la tenemos que realizar.

 

 

 
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