Todos los seres humanos buscamos conocer y aprender en todos los campos de la existencia, siempre hay preguntas sobre esto y sobre aquello, y cuando se quiere que esto suceda, es importante tener la mente abierta a lo nuevo que se pueda recibir de las experiencias y del conocimiento de las cosas, y esto en el mundo de la Biblia no es la excepción.
La Biblia tal cual la conocemos, no existió siempre así, sino que se fue conformando a lo largo de muchos siglos, a veces se tiene la tentación de pensar, que ella es tal cual como la tenemos hoy, y pocas ocasiones nos preguntamos cómo se dio este proceso de construcción literaria, porque eso si se tiene la claridad, y es que la Biblia es una gran obra literaria de carácter universal, ya que muchas personas en el mundo la han leído y apreciado por su valor literario, más aún nosotros por su valor espiritual, religioso, doctrinal y moral.
La Biblia definida como un conjunto de libros, donde cada uno de ellos aporta al conocimiento de Dios y su proceder con el Pueblo de Israel, desde los orígenes del mundo hasta la plena revelación en Jesucristo. Otra definición mucho más práctica y acertada es “la puesta por escrito de la captación evolutiva del acontecer de Dios en la historia del Pueblo de Israel y la Primitiva Comunidad Cristiana”.
Fue en el siglo II d.C., Clemente de Alejandría, el primero en emplear el término “ta Biblia” (los libros) refiriéndose al conjunto de libros que ya se tenían, la mayoría de lo que se le llamó Antiguo Testamento, y los del Nuevo Testamento, hasta el momento aceptados por la Iglesia de los primeros siglos. El término Biblia se utilizó ya en singular, en el siglo XIII d.C., de la misma manera que hasta hoy se hace. También en él Nuevo Testamento se hace alusión a la Biblia como Escrituras, por lo cual también se le llama Sagradas Escrituras.
Cada uno de los libros contenidos en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, tuvieron su propio proceso de construcción, todos partiendo de la Tradición Oral, luego de la escritura por parte de uno o varios hagiógrafos, los cuales inspirados por Dios, redactaron las experiencias de fe que vivió el Pueblo de Israel a lo largo del Antiguo y la Comunidad Cristiana en el Nuevo.
Como ese proceso de tradición y de redacción tardó muchos siglos, también es importante conocer las lenguas en que fue escrita la Biblia, esto nos da un contexto cultural e histórico para saber cómo fue el proceso de la escritura. La principal lengua en que fue escrito el Antiguo Testamento, es la hebrea, la cual es una mezcla de la lengua de los habitantes de la tierra de Canaán y el arameo que ellos aportaron, recordar que Abraham era un arameo errante, esta lengua se convierte en la lengua de la región de Fenicia y Canaán. Luego del exilio en Babilonia, él hebreo se convirtió en la lengua oficial del culto y la literatura. El arameo como ya se dijo, era también una lengua semita, que inicialmente hablaban los patriarcas desde los tiempos de Abraham, durante el dominio persa a Israel, es la lengua del comercio y de la diplomacia, pero se hizo popular en Palestina después de la cautividad en Babilonia en el siglo VI a.C., en tiempos de Jesús se habla en esta lengua, algunos pocos escritos en capítulos en Esdras y Daniel van a estar escritos en arameo.
Los libros Deuterocanónicos del Antiguo Testamento y todo el Nuevo Testamento van a estar escritos en griego, ya que cuando los judíos fueron invadidos por Alejandro Magno en el 333 a.C., se les obligó a utilizar esta lengua, en tiempos de Jesús como se había dicho antes, se hablaba en arameo y se escribía en griego, este es llamado común o “koiné”, es decir, los Evangelios, los Hechos de los Apóstoles, las cartas de San Pablo, las cartas Católicas y él Apocalipsis son escritos en esta lengua.
De esta manera se introduce al maravilloso mundo de la Biblia, para cada día tener más conocimiento y claridad sobre el libro o el conjunto de libros más preciosos para los creyentes cristianos, y así adentrarse en un estudio sencillo pero profundo de las Sagradas Escrituras, buscando en ella poder encontrar la voz de Dios que le habla a la humanidad desde una historia específica de un pueblo concreto, pero que allí en la Palabra de Dios se encuentra el modo de conocer y discernir la voluntad del Señor para nuestras vidas. Sigamos en el camino…!