No puedo ocultar la pasión que tengo por el fútbol, no puedo ocultar todas las emociones que se sienten y más cuando juega tu equipo del alma, se puede gritar, llorar, sufrir porque se va perdiendo, o estar alegres porque se anotó un gol.
En diferentes partidos se ha visto que ciertos equipos van perdiendo o a la vez están empatados y ese resultado no sirve para clasificar, aquellos que están en la cancha deciden si luchan hasta el final o dejan las cosas ahí, pero he sido testigo que aquellos once luchan hasta el final, aprovechan cualquier segundo para poder anotar un gol que de la clasificación, estos jugadores no se rinden hasta el último pitazo.
Con todo esto, quiero que reflexionemos ante las situaciones que tenemos en nuestra vida, estamos en un juego importante por el cual debemos luchar hasta el final, puesto que rendirse no es la mejor opción y más si estás pasando por un momento de adicciones. Puede que lleves muchos años en ese mundo, pero no significa que ya has perdido la opción de salir, siempre hay una esperanza.
En el fútbol se necesita ser disciplinado, entrenar, ganas de luchar hasta el final y sobre todo no dejarse vencer. Se necesita de inteligencia y sobre todo de pasión por darlo todo, y eso es lo que debemos hacer en nuestra vida, luchar con aquellas adicciones que nos han ganados unos cuantos partidos, pero que no han ganado el campeonato que es salir adelante y vivir libre de cualquier dependencia.
Seamos dueños de nuestra vida escojamos buenas estrategias para salir campeones, sobre todo invita al mejor jugador del mundo a tu equipo, él es Jesús, con quien realizarás las mejores jugadas, te dará ánimo y fuerza para que no te rindas. No olvides que los partidos se acaban hasta el último pitazo y tu juego aun sigue y hay posibilidad de salir de cualquier situación, con Jesús todo es posible.