En medio de nuestras oraciones agradecemos, pedimos perdón, entregamos nuestra vida, familia, amigos. A la vez, también hacemos diferentes peticiones a nuestro Padre. Pedimos por nuestra salud, por aquellos momentos difíciles. En esos instantes en los que estamos desesperados, pedimos que nos ayude a salir de aquel abismo, y en ciertos momentos sentimos que Él no escucha nuestra oración, pero en su silencio Dios está atento para actuar en el instante correcto.
Dios escucha ‘toda oración’, todo aquello bueno que le pidas para tu vida, Él también mira aquellas intenciones que tienes en el corazón. Tengamos presente que aquellas cosas que pedimos no van a pasar por arte de magia. Hay cosas que dependen de ti. Si deseas un trabajo, pídele al Padre te ayude a encontrar uno, pero levántate y sal en busca de uno, nadie va a llegar a tu casa para pedirte que trabajes, debes luchar. No te desesperes si las cosas que pides no llegan, solo ten presente que el Padre, sabe tu realidad, escucha tus súplicas y actuará en el instante en el que menos lo pienses.