Blanca Osorio, la reconocida laica predicadora del Minuto de Dios nació en un alejado pueblo del departamento de Cundinamarca en Colombia, vivió su niñez en el seno de una familia completamente alejada de Dios y del calor y amor que pudiera venir de unos padres cercanos a sus hijos, “ni siquiera la bendición para conciliar el sueño me daban”, relató Blanca al participar del programa Súbele el volumen a tu fe de RCCRadio.fm.
Blanca y su familia partieron hacia la ciudad y se residenciaron en Bogotá, donde sus padres comenzaron a trabajar, al poco tiempo su padre fallece y queda Blanca a la edad de 10 años trabajando junto a su madre en casas de familia, sin tener ningún contacto con ningún tipo de formación ni educación. Recibió sus sacramentos de iniciación en la vida cristiana por pura tradición de la comunidad, sin embargo no existía conciencia de nada de lo que se vivía en torno a la vida en fe; hasta este momento Dios permanecía como alguien desconocido en la vida de Blanca de Osorio.
A los 18 años de edad conoció al hombre que año y medio más tarde se convertiría en su esposo, para ese momento, es él, el que se convierte en su Dios pues para Blanca la vida era atender a su esposo en la casa, no tener ningún tipo de vida social ni de disfrute y ni siquiera refutar ningún tipo de acción u opinión del mismo.
En su vida de casada, da a luz a sus dos hijos y fue una situación que vivió su hijo que la llevó a buscar ayuda y refugio en un “dios” del que todos le hablaban, “eso todo le pasa por no saber de Dios” le decía una vecina que fue la responsable de adentrarla en el mundo de la fe. Blanca cuenta que su desconocimiento de Dios era tal que “yo buscaba en la plaza de Banderas del Minuto de Dios a ver donde estaba el Cristo vivo que me decían”, relata.
A Blanca le presentan un sacerdote joven, el Padre John Mario Montoya, quien comienza a indagarle sobre su vida y a acompañarle en la oración por la recuperación de su hijo, a la par le invita a iniciar un caminar de fe a través de las eucaristías carismáticas y grupos de oración de la Renovación que existían en el Minuto de Dios.
Blanca continuó en un seguimiento semanal de la mano del Padre John Mario Montoya asistiendo a los grupos de oración que se desarrollaban en el Templo del Minuto de Dios. Ella relata que en ese momento no entendía porque la gente levantaba las manos, cerraba los ojos y oraban en voz alta, solo se vio cautivada por la música y cuando ya tenía 3 meses asistiendo comenzaron a pasar cosas en su vida que le abrieron los ojos a saber que “mi vida venía en la cochinada más grande”, aseguró.
Esto produjo choques en su vivienda, con su esposo y con sus hijos dado que repentinamente iba asumiendo nuevos hábitos de oración que la obligaban a ausentarse de su casa; fue desde ese entonces que comenzó a caminar con los padres eudistas y el Minuto de Dios en su formación, no solo de fe, sino una formación integral en la lectura y escritura, pudo validar su bachillerato a través de un apoyo que le brindó el Centro Carismático Minuto de Dios.
Blanca da infinitas gracias por todos los sacerdotes que la acompañaron y siguen acompañando en su proceso, sembrando en su corazón solo fe y confianza en Dios. “Él sabe escribir verdaderamente derecho en líneas torcidas”, finalizó diciendo Blanquita en esta muy emotiva entrevista.