Al salir de casa al trabajo, nos encontramos con cientos de personas, sea en el barrio, en el transporte, mientras caminas por algún lado, te cruzas constantemente con muchos rostros, y si te detienes a ver su aspecto, son caras de seriedad, disgusto, estrés, rabia, mal genio, otros escuchando música, y haciendo muecas. Otros tantos con una sonrisa, que apuesto que te gusta y te contagia, claro está, si no estás en un mal día.
Antes de salir a la calle, piensa en tu rostro y en la sonrisa que vas a llevar, puedes contagiar a otros con tu amabilidad, por tanto, es importante sonreirle a la vida, a los demás e incluso a los problemas. No tengas miedo de sonreirle a los que están en el bus con mala cara, no tengas miedo de sonreirle al que está en la calle, de seguro le hará bien una buena sonrisa de cariño.