Mirad a mi Siervo, mi predilecto – Lectio Divina-
El Jesús que conocemos como “Señor del Sábado” y “Mayor que el Templo” es también un “Siervo” humilde de los propósitos salvíficos de Dios por el camino del sufrimiento. Su misterio irá saliendo a la luz en la medida en que avance el relato evangélico. Por eso el aprendizaje de la identidad de Jesús será lento y prudente. Si Jesús “les mandó enérgicamente que no le descubrieran” es porque no bastan los milagros para sacar conclusiones inmediatas sobre quién es el Maestro, se necesita la escucha de la palabra de Dios a la cuál Él le está dando cumplimiento (“Para que se cumpliera el oráculo del profeta”, 12,17; ver 5,17).
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