Pez
Jesús compartió el pescado con sus discípulos: En la multiplicación de los panes y los peces (Mt. 14,17), o en la comida que sigue a la resurrección (Lc. 24,42), tras la pesca milagrosa, cuando Él mismo, preparó un pez asado y lo ofreció a sus discípulos. Así el pez, comida que Jesús da, evoca la Eucaristía que es el verdadero alimento con que el Señor Jesús quiere nutrir a su Iglesia. (Jn. 21,13). En la catacumba de Lucina hay una pintura del Siglo II: Una canasta con panes y un pez vivo que se ofrece a la comunidad.
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