El nombre de Dios es sublime, glorioso, poderoso, es imponente, es Santo. El nombre representa a la persona, estamos hablando del Señor mismo y hay poder en ese nombre. y Él nos enseño a orar pidiendo que su nombre fuera Santificado. padre Javier RiverospredicaciónCompartir Navegación de entradas AnteriorLectio Divina- Escuela de Padres: Un niño, portador de esperanzaSiguienteCasi una niña Entradas relacionadasRead morePredica: La Santa Eucaristía, un encu...Read moreCómo vivir un verdadero Seminario de ...Read moreLos Secretos de una Verdadera Oración.Read more¿Qué es la conversión? Deja un comentarioCancelarTu dirección email no será publicada. Los campos requeridos están marcados * Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.