Dios sólo, sólo Dios, he aquí la gran felicidad.
Para mí hay un único bien sobre la tierra
y es Dios sólo. Sólo Dios es mi tesoro.
Dios sólo. Sólo Dios alivia mi miseria,
y hacia Dios sólo mi corazón encamina su vuelo.
Bendigo su ternura, lo repito sin cesar.
Este grito de amor, este anhelo de un corazón grande:
Dios sólo, sólo Dios, he aquí la verdadera felicidad.
Dios sólo, sólo Dios cura la herida.
Dios sólo, sólo Dios es potente auxilio.
Dios sólo basta para el alma recta y pura,
y es a Dios sólo a quien siempre busca.
Dulce transporte del alma;
¡ay! yo siento que me inflama
ese grito de amor, este anhelo de un corazón grande