El Papa Francisco nos anima a tres cosas:
1. Leer diariamente el Evangelio
2. Participar de la Eucaristía
3. Oración (Participar de Retiros o ejercicios espirituales)
Pero en primera instancia el Papa envía una fuerte exhortación a ser de Jesús, a pertenecer a El y no al mundo, como muchas veces se ha escuchado: “ en el mundo pero no para el mundo”
“Nosotros los cristianos vivimos en el mundo, insertados plenamente en la realidad social y cultural de nuestro tiempo, y es justo que sea así; pero esto trae consigo el riesgo de convertirnos en ‘mundanos’, el riesgo que ‘la sal pierda el sabor’ como diría Jesús, es decir, que el cristiano se ‘diluya’, pierda la carga de novedad que viene del Señor y del Espíritu Santo”.
Claro es, que todos los cristianos tenemos una realidad social y cultural, debemos estar al tanto de interactuar con cada una de sus manifestaciones y enlazarnos con ella, mas no podemos perder la base, lo sólido, lo que nos mantiene en el centro y fuertes para hacer frente a una realidad que no es tan fácil, el cristiano no se puede diluir, necesita básicamente, consolidarse en su relación con Jesucristo y necesita por ende una activa relación con Aquel que sopla vida cuando hay huesos secos, el Santo Paráclito, el Espíritu Santo, quien da novedad a nuestra vida, quien nos saca de la melancolía del mundo y nos lleva al entusiasmo del Evangelio, de Cristo mismo.
“Es triste encontrar cristianos que no son más la sal de la tierra, sabemos que cuando la sal pierde su sabor no sirve para nada, su sal perdió el sabor porque se han entregado al espíritu del mundo, es decir, se han convertidos en mundanos”. Dijo el Papa francisco :Cuando un alimento no tiene sal seguramente nos sabe un poco mal, no le vemos la gracia y de seguro no nos van a saber a nada, no darán ganas de degustarlo, ni saborear aquel alimento, pues bien, seguramente un cristiano sin la sal que es Cristo no sabe a nada, sus palabras, y muy seguramente su vida sabrán un poco mal, el sabor de sus palabras y de sus actos no darán ganas de degustarlo, pues no hay gracia ni sentido sin Cristo.
Es por esta razón que el Papa nos invita y nos alienta con tres puntos importantes, básicos e indispensables para un cristiano con sabor, que sepa a Cristo y que por ende sea luz en Cristo.
En Primer lugar nos invita a leer y meditar el Evangelio todos los días , con respecto a este gran consejo, nos dice el Papa “Recuerden que les ayudara llevar siempre el Evangelio con ustedes, un pequeño evangelio, en el bolsillo, en la cartera y leer durante el día un pasaje, pero siempre con el Evangelio porque es llevar la Palabra de Jesús para poder leerla”. La Palabra de Dios debe estar presente todos los días en la vida del cristiano, Jesús está en las Escrituras, allí se puede encontrar al Salvador, allí se puede encontrar aquella respuesta que por mucho tiempo has querido encontrar, Él es la Palabra y la palabra es viva y eficaz, es mas cortante que espada de doble filo y penetra hasta lo mas profundo del corazón del hombre (Hebreos 4,12), de seguro, cuando abras diariamente la Biblia, te encontraras con la voz de Dios y ésta penetrara lo mas profundo de tu corazón.
Participar en la Eucaristía (hoy en día desde nuestras casas.), probablemente muchas veces has dicho que quisieras ver y conocer íntimamente a Jesús, que ocurriera un milagro y pudieras verlo en carne y hueso, quizá, hayas dudado de su existencia y por ende tu fe haya estado débil. Por otro lado, muchas veces no sabes que decirle a Dios, como hablar con el, a veces sientes que no hay palabras y que no sabes que decir. Pues bien, la Eucaristía es la oración perfecta, es el momento sublime, no hay mayor milagro, no hay mejor alabanza y ofrenda. Allí se consume todo, allí puedes palpar y ver a Jesús, puedes hablarle y escucharle, puedes amar y dejarte amar. En la Eucaristía tus fuerzas serán renovadas, veras claramente, que viviendo este sublime momento, tu sabor seguirá siendo agradable para el mundo y si nos enamoramos de participar en ella, nada del mundo nos cautivara mas que la Eucaristía “Comunión, unión, comunicación, confidencia: Palabra, Pan, Amor. “San Josemaría Escrivá de Balaguer.
Finalmente el Papa nos invita a la Oración. Tantas cosas habrían que decir de ella… teológicamente de seguro existan miles de conceptos y explicaciones, pero básicamente la oración es mi dialogo con Él, es un encuentro único con Dios. En una de sus homilías el Papa Francisco dijo con respecto a la oración: “La fuerza del hombre es la oración y también la oración del hombre humilde es la debilidad de Dios. El Señor es débil sólo en esto: es débil con respecto a la oración de su pueblo”. Allí en la oración es donde nuestro corazón se despoja, no necesitas aparentar nada, allí puedes desnudar tu vida, él te conoce y aunque te conoce y sabe todo lo que vives, Él quisiera escucharte y también hablarte allí en el silencio, ¿ Que deberás hacer? Sencillamente abrir tu corazón, quitarte las sandalias, como lo hacia Moisés al subir al monte Horeb, esto significa ir ante Dios sin aquellas cosas que se han vuelto tus seguridades, es abandonarte en plenitud en el regazo inmenso de Dios. Para esto debemos buscar espacios y momentos propicios, como retiros espirituales o practicar diferentes ejercicios que nos ayudaran a fortalecernos en nuestra comunión con Dios. Es efectiva la oración, es ingrediente indispensable para llevar a Jesús a esta sociedad, es necesario subir a la montaña, hablar con él, bajar al pueblo, a tu cultura, tu realidad, tu sociedad y llevarlo a el como palabra propicia para toda circunstancia vivida en el mundo.
Que nunca se nos vayan las ganas y entusiasmo de ser sal y luz en esta tierra, pero por sobre todas las cosas que nunca se apague la pasión de estar cerca de Jesús, para ir a un mundo que necesita de él.
Fuentes: http://www.news.va, www.aciprensa.com/noticias/