De entrada me gustaría preguntar ¿cuál fue la última vez que jugaste con tu familia? No sé si fue hace poco o mucho. Pero si recordamos ese momento de seguro fue uno de nuestros mejores días, en los que reímos sin parar, se disfrutaba de cada instante y el cual quedó registrado en los mejores recuerdos, y se recuerdan aquellas anécdotas con una sonrisa en el rostro.
Por diferentes circunstancias ya sea el tiempo, trabajo, distancias no se tienen estos espacios de compartir, poco a poco se van perdiendo, a veces las fechas de navidad o fin de año ya no se comparten como antes.
Debemos rescatar esos momentos en familia, aquellos en los que se comparten historias, juegos, anécdotas, deben mantenerse latentes, puesto que son espacios en los que conocemos y nos acercamos más a los que amamos.
No tiene que ser el súper plan de ir a playa, o salir del país, así sea un pequeño postre o un helado en el parque es una buena excusa para divertirnos y pasarla bien. Que lo sencillo sea más grande en experiencias compartidas, aquel juego de mesa, sea motivo para que nuestros lazos de amor y unión se fortalezcan.