En la vida tenemos motores que nos impulsan a ciertas cosas, ya sean proyectos, sueños, anhelos, tareas, incluso nos ayudan a levantarnos para salir adelante de cualquier situación que se esté pasando. El motor que te ayuda a impulsarte, puede ser aquella pasión que tienes por dichas cosas, puede ser una persona a la que amas demasiado.
Ahora bien, si estas en un mundo de adicciones en la que acabas con tu vida y la de tu familia, debes ir a una reflexión profunda, en la que analices y evalúes aquellas cosas que te hacen caer y aquellas que te pueden ayudar a salir, es importante que te motives con el ánimo de salir de aquel mundo en el que te encuentras inmerso.
No se cual es tu adicción y cuanto llevas en ello, sea poco o mucho, es importante que si deseas salir, luches por hacerlo, que no sólo sea un leve pensamiento, debes hacerlo realidad, llevarlo a la acción, por ello, necesitas de un motor que te ayude a inspirarte y sobre todo te impulse a salir de ese abismo.
El motor de tu vida puedes ser tú mismo, pero te animaría a que le pidas a Jesús de Nazaret que te acompañe y te ayude a salir adelante, pero ojo, tu vida es el carro, y ese motor debe estar muy bien conectado con las demás partes para poder avanzar.