3 PILARES NECESARIOS PARA EL CRISTIANO

Quiero exponer tres pilares claros y precisos sobre la manera cómo es posible crecer en la fe, sobre todo en este tiempo especial de la Pascua.

Lucas 24,13 describe el camino que emprenden dos personas hacia un lugar llamado Emaús, ellos dialogan, conversan, comparten palabra: “e iban conversando sobre todo lo que había ocurrido. Mientras conversaban y discutían” (V14-15) Estas palabras se caracterizan fundamentalmente por la tristeza, pesimismo y desánimo. El diálogo no edifica, no construye. Poco a poco va acabando con la poca esperanza de salir adelante en aquel que escucha y por supuesto del que habla. Prueba de esto es la predicación que uno de ellos, llamado Cleofás le hace a Jesús, a sí mismo y al compañero de camino. Cuántas veces hemos transmitido desesperanza y desánimo? y más aún ¿En cuántos momentos has escuchado palabras preñadas de negativismo?

Sin embargo. Cobra valor por lo que viene a continuación. A diferencia de lo que has escuchado, Jesús quiere impactar tu vida con su ardiente cercanía: “Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se les acercó y se puso a caminar con ellos” (v15) y te habla él mismo en persona y para ello se vale de estas líneas.

Jesús interpreta para ti toda la Escritura: “Y les interpretó lo que se decía de él en todas las Escrituras, comenzando por Moisés y luego todos los profetas” (v27) y tantísimo poder tiene esta Palabra que sale de la boca de Jesús que Enciende tu corazón, lo quema desde dentro: “Entonces se dijeron el uno al otro: «¿No sentíamos arder nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?” (v32)

Quema la tristeza, el desánimo, la pesadumbre, en fin todas aquellas realidades que no te dejan avanzar día a día y tanto nos quema esta Palabra poderosa que al igual que los discípulos no queremos alejarnos de Jesús ni un instante: “pero ellos le insistieron diciendo: «Quédate con nosotros, ya está cayendo la tarde y se termina el día.» Entró, pues, para quedarse con ellos.” (v29), le pedimos casi de manera agónica que permanezca siempre con nosotros. ¿Cuánta necesidad se tiene escuchar la Palabra de Jesús? , por eso el primer pilar es: LA PALABRA

Segundo pilar: LA EUCARISTÍA, ella se entiende como ARDIENTE CERCANÍA, puesto que, es Jesús quien viene a nosotros en tan maravilloso acontecimiento, él por iniciativa propia se entrega: “había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el extremo.” (Jn 13,1).

Ardiente cercanía porque en la misa Jesús camina y más aún lucha a favor tuyo y mío de manera constante. Sabes en la Eucaristía ocurre algo maravilloso él carga con todo el peso que llevas en tus espaldas, todo eso que no te deja caminar en libertad y felicidad: “y eran nuestras faltas por las que era destruido nuestros pecados, por los que era aplastado. El soportó el castigo que nos trae la paz y por sus llagas hemos sido sanados.” (Is 53,5) todo esto y mucho más acontece en ese encuentro que algunos privilegiados tienen todos los días. Me refiero a la Eucaristía presencia viva y real de Jesús por amor.

Tercer pilar: La comunidad. Ella es un espacio poderosísimo para que la fe madure y crezca. Puesto que en la comunidad compartes tu experiencia de amor de Dios, es allí donde das y recibes testimonios de hermanos y hermanas que expresan con gozo y alegría el respaldo del Señor en sus vidas.

Esto es lo que hacen los discípulos de Emaús tras el encuentro transformador con Jesús en su Palabra de fuego y en la Ardiente cercanía. ¿Quién puede cerrar sus labios después de escuchar palabras que lo queman en los más profundo de su ser?. ¿Es posible callar que Jesús llena la vida? Estoy seguro que NO. Imagino como al dejarte impactar por Jesús en lo más guardado de ti, sales corriendo y prédicas desde tu vida: “De inmediato se levantaron” (Lc 24,33)

“y volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once y a los de su grupo” (V33b) ¿Qué vas a decir? Sólo que has descubierto que Cristo resucitó en verdad, él murió por mí y por ti. Tus amigos, familiares y compañeros no necesitan escuchar nada más, sino lo que Jesús ha hecho en ti: “Estos les dijeron: «Es verdad. El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón.» Ellos, por su parte, contaron lo sucedido en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.”(v34-35)

Al contar esta experiencia la fe tuya y la de los que te escuchan crecerá, porque tanto en ti como en los oyentes empezará una mentalidad victoriosa, porque ahora caen en la cuenta de lo ricos y privilegiados que son. Dios da más de lo merecido. El corazón en los que te escuchan se encenderá, todos ellos anhelaran quemarse en la hoguera de amor ardiente: Jesús. Recuerda estos son los tres pilares para crecer en la fe: La Palabra La Eucaristía La comunidad

Vea También (¿QUÉ FUE LO QUE PASÓ?)

Compartir
Entradas relacionadas