Cercanía
Luego, disponer del silencio físico y callar las inquietudes, los bueyes del alma, rechazar los rumores, las calumnias, las sospechas, que solo nos distraen y/o perturban para no agradecer y escuchar la voz y el propósito que Dios tiene en cada experiencia en nuestra vida. (Rm 8, 28.)
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