El Señor aún sigue diciendo, a lo largo de los siglos de la iglesia, El que tenga sed de mí que beba, porque Él es el manantial de agua viva.
Jn 7, 37-39
Ríos de agua viva
37-38 El último día de la fiesta era el más importante. Aquel día Jesús, puesto de pie, dijo con voz fuerte: —Si alguien tiene sed, venga a mí, y el que cree en mí, que beba. Como dice la Escritura, del interior de aquél correrán ríos de agua viva. 39 Con esto, Jesús quería decir que los que creyeran en él recibirían el Espíritu; y es que el Espíritu todavía no estaba, porque Jesús aún no había sido glorificado.