El credo de los loros
Precisamente sobre la adoración, destacó el Papa, «me atrevo a decir que el termómetro de la vida de la Iglesia está un poco bajo: nosotros, cristianos, no tenemos mucha capacidad de adorar —algunos sí—, porque en la confesión de la fe no estamos convencidos. O estamos convencidos a medias». Deberíamos, en cambio, recuperar la capacidad «de alabar y adorar» a Dios; incluso porque, añadió el Pontífice, la oración para «pedir y agradecer la hacemos todos».
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