¡Dios ha muerto! ¡Dios sigue muerto! ¡Y nosotros lo hemos matado!
Seguramente los más ortodoxos, se preguntarán por qué este título, otros –un poco– más versados, remitirán sus pensamientos a un ateo, blasfemo, inmoral… Llamado Nietzsche y dirán cómo es posible, esto es una locura: ¡mezclar lo sagrado (el Santo nombre de Dios) con lo profano (ese bigotón arrogante e insensato)!
Leer más